Las libélulas tienen dos tipos diferentes de vuelo.
En el vuelo de celo, el macho permanece de espaldas a la orilla y describe círculos paralelos a la superficie del agua sin variar nunca la dirección de su eje.
En el vuelo de caza siguen una trayectoria irregular con frecuentes giros y bucles, llegando a volar a más de 30 km/h.